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Raul Anguiano

Raul Anguiano

José Raúl Anguiano Valadez nació el 26 de febrero de 1915 en Guadalajara, Jalisco, y falleció el 13 de enero de 2006 en la Ciudad de México. Desde los 12 años ingresó a la Escuela Libre de Pintura en Guadalajara, donde comenzó su formación artística. En 1934 se trasladó a la Ciudad de México y pronto se integró al ámbito artístico nacional: fue inspector de enseñanza artística del INBA y profesor en “La Esmeralda” Academia de Artes.

Anguiano fue miembro fundador del Taller de Gráfica Popular en 1937, junto con figuras como Leopoldo Méndez y Alfredo Zalce, defendiendo al arte comprometido con el pueblo. También fue fundador del Salón de la Plástica Mexicana (1951) y docente en la UNAM y el INBA, consolidándose como una figura central dentro del muralismo posterior y la enseñanza artística.

Su obra se exhibió en más de 100 exposiciones en México y el extranjero, incluyendo el Palacio de Bellas Artes desde 1935. Anguiano participó en expediciones como la visita a Bonampak en 1949 y alcanzó reconocimiento mundial por su capacidad para retratar la identidad mexicana en instituciones como el MoMA de Nueva York, el Vaticano, el Smithsonian, y el Bowers Museum.

Anguiano desarrolló un estilo que enfatiza un delineado fuerte y claro, resultado de su formación en la escuela gráfica y su inspiración en Cézanne, lo que le dio una construcción geométrica sólida en sus obras.

Su trabajo aborda el México rural e indígena: tradiciones, fiestas, religión y el desnudo femenino, particularmente en la región lacandona. Sus retratos y escenas transmiten una dignidad monumental, capturando el alma mexicana con sensibilidad emotiva.

Anguiano incursionó en diversos géneros: grabado, pintura de caballete, ilustración y muralismo. Realizó murales destacados como La creación del hombre maya, Deidades de Mesoamérica, y obras monumentales para instituciones como el Tecnológico de Monterrey, SEP, y Museo de Antropología
Gobierno de México.

Criticado por su capacidad de "romantizar sin sentimentalismo", supo dignificar a sus sujetos con fuerza interior y belleza sobria, especialmente en representaciones de mujeres indígenas. Su obra refleja una humanidad profunda, sin alejarse del compromiso social ni del simbolismo cultural.

Obra de Raul Anguiano